CRISIS ESTRUCTURAL: POBREZA Y MIGRACIÓN EN CHIAPAS

STRUCTURAL CRISIS: POVERTY AND MIGRATION IN CHIAPAS

Apolinar Oliva Velas cuitt2006@yahoo.com

Jorge López Arévalo jalachis@hotmail.com

Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Autónoma de Chiapas, México

DOI: http://dx.doi.org/10.31644/IMASD.20.2019.a05

Recepción: Mayo 02, 2018 Aceptación: Noviembre 14, 2018 Publicación: Junio 01, 2019

Resumen

La economía chiapaneca enfrenta una crisis de carácter estructural, por lo que en este trabajo se analiza su desempeño con una visión de largo plazo (1900-2015). Aún no hay investigaciones acerca de las causas de su bajo crecimiento, el cual la ha rezagado del promedio nacional y la mantiene como la entidad federativa con los niveles de pobreza más altos y flujos crecientes de migración hacia Estados Unidos de América.

La producción de estudios referentes al tema y los resultados regionales del cambio de estrategia nacional al respecto desde 1982 es nula. Por eso esta investigación trata tales efectos. Cabe destacar la carencia de una base analítica sustentada en la política económica predominante en México y su marca en territorios empobrecidos en un contexto dominado por tendencias globales que alteran de muchas formas a las regiones de los países.

Palabras clave: crisis estructural, pobreza y migración

Abstract

The economy of Chiapas faces a structural crisis, which is why this paper analyzes its performance with a long-term vision (1900-2015). There is still no research about the causes of its low growth, which has lagged it behind the national average and maintains it as the federal entity with the highest levels of poverty and increasing flows of migration to the United States of America.

The production of studies on the subject and the regional results of the change of national strategy in this regard since 1982 is null. That is why this investigation deals with such effects. It is worth noting the lack of an analytical base supported on the predominant economic policy in Mexico and its brand in impoverished territories in a context dominated by global trends that alter the regions of the countries in many ways.

Keywords: structural crisis, poverty and migration


Introducción

Este trabajo se basa en el análisis de la crisis estructural de la economía chiapaneca con una visión de largo plazo (1900-2015). No existen investigaciones acerca de las causas del bajo crecimiento económico de Chiapas, el cual lo ha rezagado del promedio del país y la mantienen como la entidad federativa con los niveles de pobreza más altos y, recientemente, de flujos crecientes de migración internacional a Estados Unidos de América. Por eso es necesario para determinar empíricamente qué ha sucedido.

Consideramos analizar las dinámicas impuestas por el nuevo sistema de acumulación, que no solamente actúan en las estructuras nacionales de las economías, pues afectan a espacios más pequeños de las entidades federativas. En estos territorios las dinámicas impulsadas por la política económica predominante y las tendencias de la globalización se mezclan con viejos problemas estructurales de desigualdad social que han generado y sostenido mercados laborales excluyentes. En este sentido, la migración de chiapanecos hacia Estados Unidos forma parte de los nuevos mecanismos de ajuste laboral en tiempos de globalización.

El movimiento zapatista de 1994 provocó que el país volteara hacia Chiapas y visibilizó la pobreza de su población. Entonces llegaron recursos federales en cantidades significativas como parte de la política de contrainsurgencia, pero también para combatir la pobreza. Sin embargo, hoy hay más pobres que entonces.

Ha sido un estado tradicionalmente excluido de la inversión productiva y los flujos comerciales y, por el contrario, se ha incluido en los flujos migratorios al vecino país del norte. Según datos de la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México y del Banco de México, los chiapanecos empezaron a emigrar a Estados Unidos y enviar remesas en el segundo quinquenio de los años noventa, con lo cual el estado pasó de un modelo agroexportador a uno exportador de mano de obra. Por eso se hace imperativo analizar los efectos de la crisis estructural de su economía.

1. La crisis estructural de la economía chiapaneca

El "ciclo económico perverso" o "mal comportado" es claro síntoma de una crisis del patrón de acumulación vigente. ¿Qué se entiende por esto? En condiciones normales, cuando el aprieto inaugura la recesión, se abre una etapa en la cual aparte de los rasgos conocidos (caídas de la inversión, el PIB, el empleo, etcétera) se empieza a corregir, gradualmente, los problemas que en la fase del auge desembocaron en el caos. Por ejemplo, si lo crucial fue un descenso de la tasa de ganancia por un aumento de los salarios, superior al de la productividad cuando la recesión empieza a operar, el desempleo se extiende. Con eso se debilitan las organizaciones sindicales y el poder de regateo de los asalariados. Al cabo, el salario real desciende y, sobremanera, la relación salario-productividad se reduce. Con eso la tasa de plusvalía se eleva y, al cabo, la de ganancia se recompone, dando lugar a la recuperación y el consiguiente nuevo máximo. En breve, el ciclo económico capitalista se asienta en causas internas: el apogeo provoca problemas conducentes a crisis y recesión, engendrando procesos que recomponen la rentabilidad del capital y la consiguiente actividad inversora; por lo mismo, produce un nuevo pináculo. Esto es calificado como trayectoria "normal" o "bien comportada" del sistema.

No obstante, cada cierto tiempo la recesión deja de cumplir con eficacia sus labores de destrucción creativa en términos schumpeterianos. Ya no basta para reanimar al sistema. En tales casos se habla de un "ciclo perverso" y el fenómeno pasa a mostrar que se reclama un cambio mayor, de orden estructural, para reasumir una conducta dinámica. En estos casos se abre un periodo de transición desde el patrón de acumulación vigente a otro capaz de resolver las contradicciones (Valenzuela, 2011).

Es decir, el ciclo económico no cumple con las funciones positivas, en el cual la recesión funciona como una purga para el sistema, pues lo limpia y prepara el terreno para un nuevo auge. Acerca de la economía de Chiapas existe la evidencia empírica de largo plazo. No es que el análisis de caso sustituya al del todo, pero por razones de espacio nos referiremos casi exclusivamente al estado.

La pobreza ha marcado la vida de muchas generaciones de chiapanecos. Desde hace más de un siglo la economía ha mostrado tasas de crecimiento económico mediocres, muy por debajo de la media nacional, excepto para el periodo 1970-1980 (Peláez y López, 2013)1, lo cual, aunado a los problemas de desigualdad en la repartición de la riqueza, ha tenido como resultado los niveles de pobreza más altos de todo el país, evidenciando fallas en la estructura económica estatal. En términos relativos, la menor distancia del PIB per cápita de Chiapas con respecto al nacional fue registrada en 1980. Sin embargo, aun en los años de mayor prosperidad la riqueza promedio de los chiapanecos llegó a representar apenas dos tercios del resto del de los demás habitantes del país. El año de mayor distancia fue 1960, cuando el producto por habitante llegó únicamente al 41.3 por ciento del resto de México. En 1900 su PIB por habitante era de 63.1 y sólo fue superado en 1980. Pasaron 80 años para rebasar el promedio del cual había partido (Gráfica 1). Sin embargo, en 2015 el PIB per cápita guardaba la mayor distancia desde 1900, pues era apenas del 37.1 del resto de México.

Gráfica 1. Producto Interno Bruto per cápita de Chiapas respecto al resto de México con base en valores de pesos de 2008, 1900-2015 (%)

La Gráfica 1 proporciona información acerca del crecimiento económico de Chiapas en el periodo 1960-1980, en el cual el PIB per cápita se triplicó, mientras que en el resto del país ni siquiera se duplicó (época del Modelo de Industrialización Sustitutiva de Importaciones). Lo contrario ocurrió en las últimas dos décadas del siglo XX y principios del XXI, desde la implementación del modelo neoliberal, provocando que en 2015 apenas representase el 37.1 por ciento del nacional (cálculos basados en INEGI y CONAPO).

2. Pobreza y migración

La crisis reciente de Chiapas, desde la implementación del modelo de corte neoliberal en 1982, alcanza prácticamente tres décadas y un lustro perdidos, producto de la ausencia de dinamismo en la acumulación de capital y flujos de capital externo (nacional y extranjero) a su economía que compensaran su escaso ahorro interno2, haciendo imposible para el sector moderno la absorción de los nuevos entrantes en el mercado laboral, cuyo dinamismo se acrecentó como producto de las tendencias demográficas y el aumento de la tasa de participación, así como de la paulatina, incorporación de las mujeres al mercado de trabajo.

Por eso, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2010 tres de cada cuatro personas de Chiapas se encontraban en situación pobreza y una de cada dos en pobreza alimentaria. Es decir, sólo quienes gozaban de un nivel de ingresos que escapa de la pobreza, uno de cada cuatro, podían constituirse en demanda efectiva y adquirir bienes de "lujo" en el sentido ricardiano (Salama, 2008). Por su parte, los niveles de pobreza alimentaria reportados son muy superiores a la media nacional para las tres mediciones presentadas por Coneval. Se puede observar que están por arriba del doble del promedio nacional y, lo más grave, la brecha se ensancha (López y Núñez 2015).3

Cuadro 1. Evolución de la pobreza y el índice de Gini en Chiapas y promedio nacional

En Chiapas hubo más pobres en 2010 que en 1990 en las tres modalidades (alimentaria, capacidades y patrimonio). No es el caso del promedio nacional, pues disminuyó ligeramente. En relación con el índice de Gini, es la entidad más desigual del país y donde menos disminuye. Es decir, el EZLN se levantó en armas para mejorar las condiciones de vida de los pueblos indios, pero ahora hay más pobreza que en 1990. Antes del levantamiento zapatista, aun con la transferencia masiva de recursos federales, la pobreza se democratizó. Su distribución por municipio, en 1990, mostraba "normalidad", pues existían pocos con altos y bajos niveles, la mayoría concentrada en el centro de la distribución. En 2010 la colocación de la pobreza municipal fue uniforme, todos los municipios con los mismos índices (altos), señal del fracaso de los programas sociales de corte asistencialista (López y Núñez, 2015).

Históricamente el estado de Chiapas no ha sido ajeno a una dinámica migratoria poblacional, pues ha tenido procesos de intensa migración intraestatal, migraciones forzadas (sistema de enganche y por conflictos políticos), colonización de la selva lacandona, migración interestatal, inmigrantes y refugiados guatemaltecos, inmigrantes definitivos, transmigrantes centroamericanos y de otros países (Betancourt 1997, Cruz et al. 2007 y Pérez 2009). En términos de los flujos migratorios internacionales ha sido lugar de tránsito y destino, pero en los años recientes se ha convertido en lugar de expulsión y retorno, razón por la cual desde principios de los noventa y aún en los finales de siglo XX y comienzos del XXI trabajos como los de Martínez (1999) y Balkan (2001) trataban de explicar por qué no emigraban los chiapanecos. Otros estudios como los de Tuirán, Santibáñez y Corona (2006) y Garavito y Torres (2004) pusieron en duda el incremento en las remesas internacionales al estado entre 2000 y 2006, pues consideraban que de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda de 2000, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica de 1997, la Encuesta Nacional de Empleo del cuarto trimestre de 2002, que incluye un módulo acerca de migración internacional, el flujo de chiapanecos no correspondía al monto registrado por las remesas (Nájera y López, 2012). La emigración de los chiapanecos ha sido paulatina y escalonada, transitando de la interregional o intraestatal, interestatal y, relativamente más reciente, la internacional.

Gráfica 2. La migración de los chiapanecos (1999-2016)

La emigración de los chiapanecos a Estados Unidos fue explosiva, pero el ciclo se cerró rápidamente. Se vio muy afectada por la recesión de 2008-2009 en ese país (Gráfica 2). La cima de la migración internacional de los chiapanecos fue 2006 y en 2007 comenzó el ciclo descendente, provocado básicamente por la recesión de la economía estadunidense, y los flujos no se han recuperado. No quiere decir que no sigan yendo, se van, pero con una salida mucho menor. En el caso de la frontera norte la cima fue 2000.

En 2017, de los 118 municipios de la entidad en 114 estuvo presente la emigración, según la matrícula consular, quedando solamente exentos de esta corriente Aldama, San Andrés Duraznal, Santiago El Pinar y Sitalá (Instituto de los Mexicanos en el Exterior). No es que no tengan migración, ésta no está registrada en la matrícula consular de alta seguridad. En un periodo muy breve, todo Chiapas, prácticamente, se convirtió en territorio de expulsión de población. La matrícula consular está subrepresentada porque muchos chiapanecos no se acercan a los consulados a tramitarla, pero nos muestra una tendencia.

Gráfica 3. Municipios de Chiapas con mayor número de matrículas consulares (personas)

Sobresalen Tapachula, Motozintla, La Trinitaria, Frontera Comalapa, Pijijiapan, Chamula, Mapastepec, Tonalá, Las Margaritas, Huehuetán y Ocosingo en número de registros de matrículas consulares de alta seguridad (Gráfica 3). Entre los lugares de destino con números mayores están Florida, California, Texas, Georgia, Carolina del Norte, Tennessee, Carolina del Sur, Kentucky, Illinois y Alabama (Instituto de los Mexicanos en el Exterior, DGAC, SRE 2018).

3. Cambios estructurales de la economía chiapaneca en los tres quinquenios recientes

Con base en datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI, 2017) presentamos las trayectorias de crecimiento económico, los procesos de especialización y el análisis de cambio y participación.

En el periodo 2003-2015 el contexto del desarrollo de la economía chiapaneca fue el del crecimiento económico nacional y éste se comportó de manera mediocre, en tanto que para el 2003-2008 la tasa promedio anual fue de 3.36 por ciento, reflejando el aumento del PIB petrolero influenciado por la exponencial crecida del precio del barril de crudo, pero en 2008-2015 sufrió una desaceleración al crecer a promedio anual de 2.036 por ciento, resintiendo el efecto de la crisis mundial de 2008-2009 de los países desarrollados. Sin embargo, la economía chiapaneca todavía tuvo un peor desempeño, creciendo a tasa promedio anual de 0.75 por ciento para el primer periodo (2003-2008) y de 1.18 para el segundo (2008-2015).

El sector agricultura, aunque representa un bajo porcentaje del PIB estatal, es un factor relevante para la generación de empleo y de arrastre para otras actividades de la cadena productiva, pero su comportamiento fue adverso, decreciendo a un promedio anual de 0.797 por ciento en el periodo 2003-2008 y de 1.03 en el de 2008-2015.

El comportamiento del sector primario en Chiapas presenta una profunda crisis, pues la restructuración provocada por la apertura comercial desestructuró las cadenas productivas tradicionales de granos básicos y ganadería, lo cual demuestra que ni en la ventana de auge de precios agrícolas de 2000 a 2010 se pudo restructurar las cadenas productivas locales.

Otros sectores que decrecieron en Chiapas fueron construcción e industrias metalmecánicas, con fuertes caídas en las tasas de crecimiento promedio anual, lo cual significa que la escasa industria manufacturera prácticamente se desmanteló. Igual destino tuvo la minería.

La economía chiapaneca se reconfiguró con el crecimiento del sector servicios, donde el comercio presentó gran dinamismo al tener tasas promedio anual de 5.8 por ciento para 2003-2008 y de 4.64 en 2008-2015, y lo mismo con las actividades profesionales.

Sin embargo, este crecimiento del PIB en el comercio está asociado a la aparición de cadenas de supermercados, tiendas de conveniencia y comercializadores a pequeña escala, aunque ninguna de estas actividades genera encadenamientos productivos, pues no comercializan productos regionales y los comercializadores en pequeña escala no generan gran valor agregado. Su objetivo es obtener recursos para la reproducción social. Es decir, las cadenas y la banca capturan el escaso excedente generado en Chiapas, así como las transferencias gubernamentales.

El gasto público para el estado ha perdido capacidad de expandir el PIB de Chiapas porque la generación de valor ligado a actividades directas de gobierno y servicios como educación y salud, vinculados a gasto público mediante salarios e inversión, se filtra a otras regiones del país al no ser base de demanda de productos internos y anclarse en el territorio por medio de servicios.

El Cuadro 2 muestra que la participación de las actividades más importantes en la generación del PIB para 2003 fueron agricultura, minería y construcción, las cuales perdieron peso en 2015, mientras que comercio y servicios inmobiliarios y de alquiler ganaron en la composición del PIB de 2015.

Por otra parte, el gasto público, entre 1994 y 2000 motor importante de la economía chiapaneca en servicios educativos y actividades gubernamentales directas, mantuvo estable su participación.

Que pierdan importancia actividades productivas de los sectores primario y secundario con encadenamientos productivos es crítico para la entidad, pues producen bienes transables, movibles fuera del territorio, con lo cual la balanza de bienes y servicios de la entidad se equilibra al debilitarse actividades productivas de estos dos sectores y se depende básicamente de remesas de trabajadores en otros estados o de fuera del país para mantener estable la demanda de bienes no producidos en el estado.

Cuadro 2: Participación porcentual en el PIB de las actividades más importantes en la economía chiapaneca

Destaca la comparación del peso de las actividades en la composición del PIB en relación con el conjunto de la economía nacional para ver las actividades en que se especializa Chiapas respecto a la nación.

Para esto se utiliza el cociente de localización de la relación entre la participación del sector "i" en la región "j" y la del mismo en el total nacional y como medida de la "especialización relativa o interregional". Por otra parte, con exportaciones regionales en comparación con las mundiales, se le interpreta como "Índice de ventajas comparativas reveladas" (Lira y Quiroga, 2009).

Acerca del cociente de localización al dividir la participación porcentual de la actividad en el PIB del estado entre la del país un valor superior a la unidad indica especialización.

En 2003 Chiapas presentaba especialización en agricultura, minería, construcción, fabricación de derivados de petróleo y carbón, servicios inmobiliarios y de alquiler, educativos y de salud y actividades gubernamentales directas.

En 2015 minería y construcción perdían la calidad de actividades especializadas para la economía chiapaneca mientras que generación y suministro de electricidad agua y gas eran asumidas como tales.

Cuadro 3: Cociente de localización de las actividades de la economía chiapaneca con especialización

Para analizar la economía chiapaneca del periodo 2003-2015 se utilizó la técnica de cambio y participación como parte de la hipótesis de cuál sería el nivel el PIB estatal si todas las actividades del estado hubieran crecido al mismo ritmo que a nivel nacional.

"La base lógica del método parte de una constatación empírica muy simple: el crecimiento es mayor en algunos sectores que en otros y en algunas regiones que en otras. Así una determinada región podrá presentar un ritmo de crecimiento mayor que el promedio de las regiones, ya sea porque en su estructura productiva existen sectores dinámicos en el nivel nacional o bien porque sus sectores (sean o no dinámicos) están creciendo más rápidamente que el promedio del sector en el patrón de comparación" (Lira y Quiroga 2009:24).

En el análisis de cambio y participación el efecto total resulta de medir el PIB estatal con la hipótesis de incremento a la misma tasa que el nacional, descontándole el valor de crecimiento real del estado, una consecuencia diferencial considerando aumento de actividades a la misma tasa que el nacional y descontando el valor real, así como una estructural que analiza el comportamiento de los sectores más importantes de la economía estatal.

Para el periodo 2003-2008 el análisis de cambio y participación indica que Chiapas es un estado perdedor, pues no obstante el crecimiento mediocre de la economía a nivel nacional no alcanza el valor hipotético de PIB, calculándose una pérdida total de 35,914 millones de pesos (2008=100). Como efecto diferencial se tiene pérdidas significativas en agricultura, minería, construcción, industria maderera, fabricación de derivados de petróleo y carbón, transporte, correo y almacenamiento, servicio de apoyo a los negocios, educación, alojamiento y actividades gubernamentales directas. Como efecto estructural, actividades que en ese periodo eran importantes como agricultura, construcción y transportes tuvieron mal desempeño.

En el periodo 2008-2015, dado el bajo crecimiento promedio anual de la economía en el país, de tan sólo 2.03 por ciento, el valor hipotético esperado no fue alto; sin embargo, por las bajas tasas de Chiapas, de 1.18 por ciento promedio anual, se observa una pérdida total del valor real frente al esperado de 13,501 millones de pesos (2008=100). La pérdida por efecto diferencial fue de 23,038 millones de pesos (2008=100). Las actividades con un mal desempeño en este periodo fueron agricultura, generación y transmisión de electricidad, agua y gas, construcción, transportes, correos y almacenamientos, información en medios masivos y servicios financieros, inmobiliarios y de alquiler. Sin embargo, se presentó una ganancia estructural por 9,537 millones de pesos (2008=100) por buen comportamiento de sectores importantes para la economía chiapaneca, como comercio, servicios educativos y servicios de salud, los cuales son no transables.

Conclusiones

La ausencia de crecimiento del PIB per cápita de Chiapas en el muy largo plazo (1900-2015) indica una crisis de carácter estructural, de la cual únicamente se saldrá si se modifica el patrón de acumulación. Se debe implementar cambios en la producción (distribución) y la utilización del excedente económico, lo cual implica desarrollar las formas capitalistas en detrimento de las no capitalistas, disminuyendo la heterogeneidad estructural, pero con mejores estándares de distribución del ingreso y mayor inversión productiva.

La pobreza en Chiapas tiene raíces estructurales asociadas a la capacidad social de generar bienes y servicios y al modo en que éstos son repartidos (Rodríguez y López 2014). En la actualidad la forma de generar riqueza ha cambiado mucho; ya no son los factores clásicos de la producción (tierra, capital y trabajo) sus detonadores, pues han entrado en juego elementos como la innovación y el desarrollo tecnológico, además de la geolocalización, el uso eficiente de la energía y los recursos, factores asociados a la educación, la salud y la formación de capital social. Estos nuevos elementos juegan un papel determinante, pero se requiere inversión productiva de cualquier fuente en la entidad, variable clave, mediante una nueva estrategia de desarrollo.

Los altos niveles de subempleo e informalidad, la baja tasa de trabajo asalariado (incluidos los ínfimos niveles salariales) y los índices de pobreza limitan el mercado interno y minimizan la posibilidad de ampliación de ese mercado y desarrollar economías de escala para el crecimiento de los sectores transables (Ros 2015). El estancamiento económico interactúa con la desigualdad y la concentración del ingreso limita la expansión del mercado interno y fomenta el descontento social, todo lo cual reduce el incremento. A su vez, el bajo crecimiento acentúa la desigualdad y la informalidad y reduce la productividad y los ingresos de los trabajadores informales. Piketty (2014) ha demostrado que una baja tasa de crecimiento eleva la brecha entre la de retorno del capital y la de crecimiento, aumentando la participación de las ganancias en la distribución funcional del ingreso y la del sector de los superricos en la personal (Ros 2015).

Las condiciones de la estructura económica no propician ni el crecimiento económico ni la distribución del ingreso, pues se sigue teniendo tasas de crecimiento por debajo de los indicadores nacionales, con lo cual las diferencias se ensanchan.

Las actividades en las cuales se tiene especialización económica se reducen y pierden peso en la composición del PIB, sobre todo de los sectores primario y secundario con eslabonamientos productivos, generando valor agregado local, cobrando importancia actividades terciarias como comercio al menudeo.

En relación con los cambios estructurales en los tres quinquenios recientes, Chiapas es perdedor en sectores transables -lo más preocupante-, y lo poco que gana se da en no transables y eso seguro tiene que ver con las transferencias públicas y privadas (remesas), no con actividades productivas de la entidad. Es decir, a pesar del crecimiento económico mediocre del país en este periodo, el del estado tiene un peor comportamiento.

La migración de chiapanecos a Estados Unidos es resultado de décadas de estancamiento económico, parte de los nuevos mecanismos de ajuste laboral y carácter global que tienden a equilibrar los mercados de trabajo. Sin embargo, esto no significa una mejora de su situación: los emigrantes son excluidos y expulsados de los mercados laborales en su entidad o país de origen para ser incorporados en los de los países receptores en condiciones muy precarias, sumiéndolos, generalmente, en la economía de la pobreza. Además, el fenómeno es reciente y se da en un contexto de sincronización de los ciclos económicos de México con Estados Unidos, propiciando retornos cuando la recesión se presenta en el país receptor, pero en éste, por estar sincronizados los ciclos, se encuentran con lo mismo, sin alternativas en el mercado laboral.



Notas

1 Hay un sesgo en 1980 por el petróleo, que generaba más del 44 por ciento del PIB de Chiapas y así la entidad ocupó el segundo lugar nacional en su producción, sólo después de Tabasco. Acerca de Campeche, su producción era computada como aguas territoriales. Si quitamos el petróleo en 1980, Chiapas ocupa el lugar 16 en PIB y el 30 en PIB per cápita. Si las aguas territoriales son imputadas a Campeche, pues así era básicamente, sin petróleo, Chiapas sube al lugar 29 en PIB per cápita sin petróleo; en cualquier caso, no era el último con y sin petróleo en el PIB per cápita.

2 Pese a que Chiapas tiene un ahorro muy bajo en el conjunto de las entidades del país, el menor número de sucursales bancarias por habitantes y de tasa de bancarización de su población, transfiere parte de los ahorros de los chiapanecos mediante la banca comercial, pues de cada peso que capta únicamente regresan 30 centavos como crédito a la entidad (López, 2007).

3 Se utiliza la pobreza alimentaria, de capacidades y patrimonio porque la multidimensional se comenzó a calcular en 2008 y no da para un análisis del corte que realizamos.



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