Jorge Antonio Velázquez Avendaño1,
Raúl Perezgrovas Garza2
1Dirección de Procesos Naturales de la Universidad Intercultural de Chiapas.
2Instituto de Estudios Indígenas de la Universidad Autónoma de Chiapas.
http://dx.doi.org/10.31644/IMASD.5.2014.a01
Resumen
Considerando el planteamiento de que la interculturalidad debe ser eje central en la promoción de la educación del siglo XXI, como un fundamento justo y necesario para coadyuvar al desarrollo de los pueblos
y comunidades marginadas es menester reconocer la diversidad de culturas que conviven, se relacionan y se influyen mutuamente en el diario vivir en todo el territorio mexicano y es imprescindible que las Instituciones de Educación
Superior (IES) de nuestro país reconozcan y asuman que el desarrollo humano integral debe responder al reclamo de los pueblos pobres y marginados de Chiapas. Por lo tanto, es de vital importancia que un eje transversal en
las currículas debe ser la Interculturalidad que permita convocar a los y las jóvenes del sector más vulnerable al estudio y superación personal y a coadyuvar con las comunidades a la superación
de sus problemáticas. El diálogo de los saberes es, sin duda alguna, la herramienta primordial para que las formas distintas de ser, de vivir y el conocimiento que subyacen en las diferentes expresiones culturales
de nuestros pueblos y comunidades puedan relacionarse e interactuar en un mutuo beneficio. Este es el gran reto de la educación en nuestra actualidad y es la propuesta de este artículo que en el fondo busca motivar
el interés de estudiantes y académicos en este tema de actualidad como es la formación de recursos humanos con enfoque intercultural.
Palabras Clave: Interculturalidad, diálogo de saberes, educación, recursos humanos, Instituciones de Educación Superior.
Abstract
Whereas the statement that multiculturalism should be the central axis in promoting education in the XXI century as a just and necessary means to contribute to the development of peoples and marginalized communities,
a greater foundation is necessary to recognize the diversity of cultures that coexist, interact and influence each other in everyday life throughout Mexico. It is imperative that higher education institutions (HEIs) in our country
recognize and endorse integral human development. They must respond to the complaint of the poor and marginalized peoples of Chiapas. It is vital, therefore, that a transverse axis in the curricula should be interculturalism, which
encourages young people from the most vulnerable sector to study, develop themselves, and assist communities to overcome their problems.
The dialogue of knowledge is undoubtedly the primary tool for the different ways of being, of living and of the underlying knowledge within the different cultural expressions of our people and communities that can relate
and interact in mutual benefit.
This is the great challenge of education today, and it is the purpose of this article at its foundation to seek to motivate the interest of students and scholars on this current topic- the training
of human resources in the intercultural approach.
Keywords: Interculturalism, dialogue of knowledge, education, human resources, institutions of higher education.
Introducción
La Educación es uno de los Derechos Universales más profundamente sentidos por la humanidad y es, sin duda alguna, el principal sustento legal y humano que reconoce la existencia de la diversidad cultural;
por esos motivos, debe corresponderse con la práctica de la Interculturalidad en las Universidades públicas, las que deben enfocar y concentrar lo mejor de sí mismas para ofrecer principalmente a los seres
humanos marginados de México una opción real de superación personal, que siente las bases para el bienestar personal y comunitario procurando, al decir de la declaración de PNUMA (2007), "la transformación
de valores, actitudes, aspiraciones, decisiones y prácticas, fortalecimiento de capacidades y conocimientos, fomento a las interconexiones medio ambiente y desarrollo, que conlleva finalmente al progreso de las naciones".
En este contexto, las instituciones de educación superior (IES) son parte esencial en este proceso de atención a la sociedad más necesitada, lo cual implica la cooperación académica
en todos sus niveles, particularmente las redes internacionales del conocimiento; estas redes deberán contribuir a construir nuevos modelos de enseñanza-aprendizaje que consideren la atención centrada en el
alumno y la interculturalidad como ejes fundamentales del bienestar social, el desarrollo sustentable, la equidad, pertinencia y la igualdad de oportunidades en el marco de una educación permanente (UNESCO, 1999).
Las IES en este sentido deben asumir su responsabilidad histórica al construir sus ofertas educativas tomando en cuenta la diversidad de grupos culturales que comparten elementos comunes o rasgos que suelen identificarlos
y los diferencian de otros grupos culturales, incluyendo, por supuesto, la cultura mestiza. La distinción entre los elementos culturales que identifican a un grupo y lo hacen diferente de otro es la que hace posible la interculturalidad,
considerando que la palabra ‘inter’ implica interactuar de forma dinámica y por lo consiguiente nos abre a relaciones, intercambios y procesos.
Interculturalidad y educación del siglo XXI
Es importante considerar que la cultura no es estática; esto significa que los elementos asociados a una cultura que le dio origen pueden cambiar, al igual que todo ser vivo. Estas culturas e identidades, en la
medida que se mantengan vivas, están en un proceso de permanente cambio, sea por procesos internos o, cada vez más, también por intercambio con otras culturas y experiencias que estén en su contorno.
¿Cuáles son los elementos culturales comunes compartidos por grupos humanos cada vez más amplios, de muchos orígenes y pertenencias culturales?
El paradigma educativo del siglo XXI debe tener la Interculturalidad como uno de los ejes fundamentales en los modelos educativos universitarios a practicarse en las diferentes ofertas educativas que se puedan centrar
en el aprendizaje y la construcción de conocimientos y habilidades; en este proceso el alumno es el personaje central, ya que es él quien construye su propio aprendizaje y el docente es quien funge como guía.
La introducción de la Interculturalidad en los modelos educativos permite incorporar a la formación de recursos humanos un conjunto de estrategias que reconoce no sólo la construcción de aprendizaje
significativo, autónomo y situado, sino que integra un conocimiento que se encuentra inmerso en los pueblos, en sus expresiones culturales y su integración en un nuevo contenido en esquemas de conocimiento de la realidad,
que incluye el conocimiento previo ―como lo llama Piaget― e incluso los conocimientos arquetipos ―como los llamara Carl Jung―. El aprendizaje es autónomo ya que ejerce, al decir de la ANUIES (1999), la "facultad de
tomar decisiones que permitan regular el propio aprendizaje para aproximarlo a una determinada meta, en el seno de unas condiciones específicas que forman el contexto de aprendizaje" y es situado ya que no toda su aplicación
se reduce al contexto escolar.
Investigación y diálogo de saberes
La premisa fundamental para la construcción de un sistema de enseñanza-aprendizaje desde la perspectiva Intercultural es la investigación participativa, como una herramienta formativa esencial que
constituye una orientación congruente con el desarrollo del pensamiento crítico, pues genera oportunidades reiteradas para, por un lado, mantener y sustentar las posiciones propias y por otro, valorar las ideas de
los otros, en el marco de un trabajo colaborativo, en equipo, que contribuye a enriquecer la formación profesional con un compromiso auténtico hacia los problemas que aquejan a la sociedad.
No obstante, cuando se hace referencia a la investigación y el saber, y su relación con la interculturalidad hay un elemento fundamental implícito que no es posible olvidar que es el dialogo de los
saberes. Este concepto propone básicamente el reconocimiento de que además del conocimiento científico existen otros conocimientos y saberes que provienen de hombres y mujeres que no estudian ni practican ninguna
ciencia.
La realización de proyectos de investigación como estrategia de aprendizaje, que coadyuva no sólo a la comprensión de los fenómenos naturales o sociales sino a cómo ocurren los
procesos de aprendizajes en las ciencias y las formas de aplicarlos a la docencia, permite que los alumnos se apropien de los métodos que utilizan las ciencias, las artes, las humanidades, en fin, todas las disciplinas para
aproximarse a las interpretaciones de la realidad que subyacen a las leyes científicas. En este sentido, tanto la planeación curricular como la investigación deben responder a las problemáticas que las
comunidades y la sociedad enfrenta, ya que es en ella donde el profesional en formación interviene ofreciendo alternativas de solución, de manera colaborativa, de los objetivos planteados (Nozenko y Fornari ,1995).
Es así entonces que el sistema de generación de conocimientos y los procesos de enseñanza-aprendizaje considerados en un diseño curricular, debe ser visto desde una perspectiva amplia y no
como el resultado de la simple suma aritmética de conocimientos, actitudes y habilidades. Se trata de un concepto integrador, en donde no basta considerar uno o más de los elementos por separado, sino la articulación
de ellos, tomando en cuenta el enlace de la teoría y la práctica desde la perspectiva científica y el conocimiento y práctica de las personas y las culturas de las comunidades.
Diversidad de conocimientos y saberes locales
Es necesario considerar que cuando observamos a las comunidades no encontramos saberes aislados arraigados en las personas sino todo un sistema de conocimientos, por demás interesantes, como es el caso de la salud
humana o los sistemas productivos vigentes en las comunidades rurales, que tienen una profunda conexión entre los mismos habitantes de una comunidad y entre habitantes de diferentes comunidades. En consecuencia, sería
absurdo ignorar o menospreciar estos conocimientos.
Sin embargo, la historia cuenta algo diferente a esta premisa. Por siglos, desde la llegada de los españoles a nuestro territorio se impuso un sistema de conocimientos y creencias europeos y se nos ha hecho creer
que el sistema de conocimientos y saberes de los pueblos originarios no son más que charlatanería, superstición y paganismo. Es decir, la imposición de una cultura europea a la cultura mesoamericana
trajo consigo el menosprecio y la liquidación de estos sistemas de conocimientos.
Luego el choque de dos culturas, de dos civilizaciones, aun cuando mermó el vasto conocimiento ancestral no alcanzó a liquidarlo. Subsisten en nuestras comunidades en la forma de lo que llamamos "conocimientos
tradicionales" imbricados a los conocimientos impuestos por los europeos. Y es nuestro deber estudiarlos, entenderlas, respetarlos e incorporarlos al conocimiento científico occidental por medio de este diálogo
de saberes que es fundamento importante de ese otro concepto que se conoce como interculturalidad.
Conclusiones
Para concluir, cuando se habla de interculturalidad nos referimos: primero a que este concepto implica una relación con la naturaleza (de lo material y económico: producción, alimento, vivienda),
segundo, a las relaciones sociales entre personas y grupos (familia, comunidad, política), y tercero, a lo imaginario o simbólico que da sentido al conjunto (lenguaje, religión, arte, sistema jurídico
y legal).
Luego entonces, la interculturalidad implica no sólo los rasgos comunes compartidos que identifican a un grupo humano y lo hacen diferente a otros, sino la apertura a las relaciones e intercambios entre grupos
diferentes, o entre sistemas de conocimientos diferentes como puede ser el de salud o el productivo. Esta relación basada en el respeto, la responsabilidad y la igualdad es quizá el mayor reto del diálogo de
los saberes.
Hoy tenemos la gran oportunidad de construir un nuevo sistema de enseñanza aprendizaje que reconozca e incluya la INTERCULTURALIDAD como elemento esencial en la formación de los recursos humanos necesarios
para el desarrollo pleno, incluyente, progresista, de la sociedad que nos hemos propuesto construir, sin olvidar que reconocer la diversidad cultural implica reconocer la existencia de otros conocimientos, habilidades, actitudes
y valores que subyacen en las pueblos y comunidades de nuestro país.
Referencias
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ANUIES. 1999. La Educación Superior hacia el Siglo XXI. Líneas estratégicas de desarrollo: ANUIES, México.
PIAGET, J. (2004). Biología y Conocimiento. (14º Ed.). México, D. F., Siglo Veintiuno Editores.
JUNG G. C. (1995). El Hombre y sus Símbolos. Editorial Paidós. España.
NOZENKO, L. Y J. FORNARI (1995). Planificación curricular. Liberil S.R.L. Caracas Venezuela.
PNUMA (2006) GEO 2006 Anuario. Generalidades de nuestro cambiante entorno. Kenia: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 91 p. Documento web: http://www.unep.org/geo/yearbook/yb2006
UNESCO. 1999. XXX Conferencia mundial sobre ciencia. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Paris, Francia. www.unesco.org.uy/.../conferencia-mundial-sobre-la-ciencia.html