Uso del yeso antebraquipalmar en fracturas de colles con manejo conservador: Revisión de la literatura

Use of an antebrachial cast in Colles fractures for conservative care: A literature review

Montero-Orozco Sarain sarain.montero@unach.mx Facultad de Medicina Humana Dr. Manuel Velasco Suárez, Universidad Autónoma de Chiapas. Tuxtla Gutiérrez Chiapas, México.
García-Chong Néstor Rodolfo nestor.garcia@unach.mx Facultad de Medicina Humana Dr. Manuel Velasco Suárez, Universidad Autónoma de Chiapas. Tuxtla Gutiérrez Chiapas, México.
Hospital de Especialidades Pediátricas IMSS Bienestar

Rodríguez-Feliciano Miguel Ángel miguel.rodriguez@unach.mx Facultad de Medicina Humana Dr. Manuel Velasco Suárez, Universidad Autónoma de Chiapas. Tuxtla Gutiérrez Chiapas, México.


DOI: https://doi.org/10.31644/IMASD.41.2025.a06

Fecha de recepción: 08 de octubre de 2024
Fecha de aceptación: 20 de febrero de 2025
Fecha de publicación: 06 de junio de 2025

La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que 12% de las fracturas originadas principalmente en caídas y accidentes de tráfico, conllevan a discapacidades que pueden terminar con años potenciales de vida productivos. El crédito por la descripción del modelo de fractura más común que afecta el extremo distal del radio lo posee Sir Abraham Colles quien describió la fractura en el 1814, y desde entonces lleva su nombre (Enseñat, 2021). La fractura de Colles, también llamada de Colles-Pouteau, es una fractura que se produce en el radio a menos de 2,5 cm de la muñeca. Es una de las fracturas más frecuentes, especialmente en mujeres mayores de 60 años que además pueden padecer osteoporosis (Romero, 2009).

La incidencia de fracturas es multifactorial y casi siempre complicada por factores como edad, género, comorbilidades, estilo de vida y ocupación. Los factores que influyen directamente para que se presente una fractura son fuerzas externas que aplicadas directa o indirectamente sobrepasan el punto de ruptura del tejido óseo; los factores de riesgo que influyen de manera directa son: a) la calidad ósea, b) la edad y c) el estilo de vida (Domínguez, 2017). Se ha observado que el género masculino se fractura a edades más tempranas (17-49 años) y las mujeres a edades más avanzadas, en promedio después de los 50 años (López, 2022). Otro factor por considerar es la osteoporosis que es una enfermedad esquelética sistémica caracterizada por una baja densidad ósea y un deterioro de la microarquitectura del tejido óseo, con el consecuente aumento de la fragilidad y la susceptibilidad para la aparición de fracturas. Esta enfermedad afecta con mayor frecuencia a las mujeres posmenopáusicas, en una relación mujer/hombre que puede variar entre 3 a 8 mujeres por cada hombre. Señalando una incidencia de 25% para las mujeres mayores de 45 años y 50% para mujeres mayores de 60 años (Contreras, 2001). Este tipo de fracturas es más probable que ocurra durante la práctica de deportes, y el riesgo aumenta si el paciente tiene osteoporosis (Hermoso, 2003).

El mecanismo de producción suele ser indirecto, y se produce por una caída en extensión o flexión dorsal de la mano. La deformidad que se produce es en «dorso de tenedor» y en ocasiones se acompaña del arrancamiento de la estiloides cubital. Si la caída se produce sobre el dorso de la mano, es decir, en flexión palmar se denomina fractura de Colles invertida o fractura de Smith, y la deformidad que resulta es en «pala de jardín» o «guadaña», y se aprecia cómo sobresale dorsalmente la estiloides cubital (Serrano, 2008).

En el manejo de la fractura de Colles la supinación mejora mucho los resultados anatómicos y funcionales, previene sus complicaciones más frecuentes y desempeña un importante papel en cuanto a mantener la reducción, sobre todo en pacientes con osteoporosis marcada u oblicuidad del trazo de fractura (Delgado, 1998).

Según el momento del tratamiento inicial, el 26.5% lo recibe dentro de las primeras seis horas, 70% después de seis horas y hasta tres semanas, mientras que, un 3.5% después de tres semanas del origen de la lesión, esto lo refiere un estudio en fracturas abiertas en adultos atendidos en un hospital en América Latina (Shiraishi, 2019).

Frykman clasifica las fracturas de muñeca según sean intraarticulares o extraarticulares, y si existe o no fractura de la extremidad distal del cúbito. Establece ocho tipos distintos de fracturas (Tabla 1).

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El diagnóstico de las fracturas de Colles se realiza generalmente por la clínica: dolor, deformidad, tumefacción, y realizando pruebas radiográficas (Lutza, 2004). En la figura 1 se observa el yeso antebraquipalmar en fractura de colles con manejo conservador.

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En un alto porcentaje de fracturas de Colles se pierde la reducción obtenida al poco tiempo, lo que se atribuye a la disminución progresiva del edema, a que se afloja el enyesado y a los movimientos libres del codo y de la mano. Pero hasta ahora no se ha considerado el papel deformante de los músculos, elemento primordial que se debe tener en cuenta en la fisiopatología y aspectos terapéuticos de cualquier fractura (Delgado, 1998). Por lo que se puede considerar que el uso del yeso braquipalmar y antibraquipalmar presentan ventajas y también algunas desventajas para este tipo de fracturas (Tabla 2).

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El objetivo del presente es el de analizar las ventajas del uso del yeso antebraquipalmar en fractura de colles con manejo conservador. Respecto a la metodología, el trabajo se basó en la experiencia durante cinco años en la atención de 50 pacientes que acudieron a diagnóstico y manejo conservador.

Conclusiones

A partir de la revisión de la literatura y de la experiencia propia, se observa que en el pasado se pensaba que el manejo de la fractura de Colles debía ser mediante el uso del yeso braquipalmar para evitar la pronosupinación y el desplazamiento de la fractura. Sin embargo, con el tiempo y diversos estudios, se ha observado que con el yeso antebraquipalmar ya con buena reducción de la fractura se obtienen los mismos resultados radiográficos.

Por lo que si bien, en ambos casos, se obtienen resultados similares, un factor que resulta determinante en una recuperación exitosa, es la rehabilitación inmediata de la fractura de Colles con la aplicación del yeso dejando las articulaciones libres y con esto se acorta la recuperación, lo cual lleva a una mayor satisfacción de los pacientes.

Referencias

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