El efecto del uso de métodos anticonceptivos en la transición a la adultez entre los jóvenes de Chiapas, 2010

The effect of contraceptive methods use in the transition to adulthood among young people in Chiapas, 2010

María de Jesús Ávila Sánchez Universidad Autónoma de Nuevo León Correo electrónico: marycolef@yahoo.com - maria.avilas@uanl.mx

José Alfredo Jáuregui Díaz Universidad Autónoma de Nuevo León Correo electrónico alfjadi@yahoo.com.mx - alfjadi@gmail.com

Fecha de recepción: 11 de mayo de 2014

http://dx.doi.org/10.31644/IMASD.9.2015.a03

Resumen

El objetivo principal de este estudio es avanzar en el conocimiento de las transiciones a la adultez entre los jóvenes de Chiapas y su relación con el uso de métodos anticonceptivos en su primera relación sexual. Distinguiendo por género, etnicidad y condición de residencia. El análisis se basa en los jóvenes nacidos entre 1981 y 1998, y se limita a observar la transición a la primera unión en pareja y primer hijo(a) hasta los 29 años de edad, teniendo como fuente de información la ENJ2010. Se aplicó un análisis de historia de eventos, event history analysis. Se calculó la tabla de vida y se elaboró un modelo de riesgos proporcionales de Cox. Los resultados muestran que los jóvenes pertenecientes a la cohortes más jóvenes están postergando el inicio de la vida en pareja y el nacimiento del primer hijo(a) en comparación con los jóvenes de mayor edad. Además, como se esperaba, se corrobora que el menor uso de los métodos anticonceptivos en la primera relación sexual se asocia con un mayor riesgo a unirse en pareja y tener el primer hijo(a).

Palabras clave: métodos anticonceptivos, transición a la adultez, indígenas, jóvenes.

Abstract

The main objective of this study is to advance the understanding of transitions to adulthood among young people in Chiapas and its relationship with contraceptive use at first intercourse. Distinguishing by gender, ethnicity and context of residence. The analysis is based on young people born between 1981 and 1998, and merely observes the transition to the first binding partner and first child (a) to 29 years old, with the source of information ENJ2010. Analysis was applied event history, event history analysis. Life table model were calculated and Cox proportional hazards were developed. The results show that young people who belong to the younger cohorts are postponing the start of married life and the birth of the first child (a) compared to older youth. In addition, as expected is confirmed that the use of contraception at first intercourse is associated with a lower risk to join a couple and their first child (a).

Key words: contraceptive methods, transition to adulthood, indigenous, youth.

Introducción

Tanto el matrimonio como el nacimiento del primer hijo(a) es un evento fundamental en la transición a la vida adulta de los jóvenes. Pese a que casi todos los jóvenes experimentan estos eventos, el momento en que tienen lugar, sus condiciones y las consecuencias varían de manera importante. En Chiapas continúa prevaleciendo un matrimonio1 temprano y una fecundidad elevada entre los jóvenes (12 a 29 años), aunque en el interior de la entidad existe una heterogeneidad como resultado diferencial en el comportamiento reproductivo entre contextos y grupos sociales (Evangelina y Kauffer, 2007 y 2009; Reartes, 2011).

Hasta el momento se tiene un conocimiento limitado sobre la relación entre el uso de métodos anticonceptivos en la primera relación sexual y el retraso o adelanto del matrimonio o unión en pareja y de la primera maternidad o paternidad, debido principalmente a la escasez de fuentes de información sobre los jóvenes.

El objetivo de este trabajo es avanzar en el conocimiento de las transiciones a la adultez entre los jóvenes de Chiapas y su relación con el uso de métodos anticonceptivos. Para alcanzar lo anterior nos planteamos tres objetivos particulares, a) examinar las tendencias de la fecundidad entre el año 2000 y 2010 y la anticoncepción entre los jóvenes; b) calcular los calendarios de la iniciación sexual, el matrimonio y el primer nacimiento para los jóvenes de acuerdo con su género, generación, etnia y contexto de residencia; c) estimar el efecto que tiene el uso de los métodos anticonceptivos en la primera relación en la probabilidad de que ocurra el primer matrimonio o el primer nacimiento.

Se plantea como supuesto que la transición a la adultez, que incluye el primer matrimonio y la maternidad y paternidad, depende del contexto y grupo social al que pertenecen los jóvenes y del uso de anticonceptivos en la primera relación sexual.

La investigación se encuentra estructurada en tres apartados, en el primero se examinan las tendencias de la fecundidad y la anticoncepción entre los jóvenes; en el segundo se exponen los resultados de la tabla de vida para mostrar cómo varían por cohorte, género, contexto y condición étnica, los eventos de interés; en el tercero, se analiza el efecto del uso de métodos anticonceptivos en la primera relación sexual en el riesgo de ocurrencia de la primera unión en pareja o nacimiento del primer hijo(a) para los diferentes grupos sociales.

Método

La fuente de datos primaria es la Encuesta Nacional de la Juventud del año 2010, que incluye preguntas sobre la edad al primer matrimonio y el primer nacimiento, el análisis se basa en los jóvenes nacidos entre 1981 y 1998 se examina la transición hasta los 29 años. Comparando a los hombres con las mujeres, a los nacidos en los años 1981-1986 con los que pertenecen a la cohorte 1987-1998, los grupos que hablan una lengua indígena con los que no; los que viven en un contexto urbano con aquellos que residen en espacios no urbanos2.

El estudio se basa en un enfoque teórico-metodológico de curso de vida. Se estiman modelos de historia de evento de tiempo discreto -event history analysis- estrategia que no requiere de supuestos de proporcionalidad y permite el uso de variables fijas y variables en el tiempo (Allison, 1982). La unidad de análisis es el año/persona dado que las respuestas a la duración de los eventos suelen estar en años. Esta aproximación asegura los estimadores apropiados de los errores estándar y pruebas de significancia (Petersen, 1991).

Con base en lo anterior, se realizan las estimaciones de la tabla de vida, en particular, la función de supervivencia usando el método de Kaplan y Meier para determinar cómo varía el calendario al primer matrimonio y primera maternidad o paternidad de los jóvenes pertenecientes a cada uno de los grupos sociales y culturales. También se aplicaron los test de Log-Rank y Wilcoxon (Breslow) para examinar la igualdad de las funciones de supervivencia y determinar si hay una diferencia significativa (P < 0.05) entre las curvas de supervivencia (Hosmer y Lemeshow, 1999).

Se elaboró un modelo de riesgos proporcionales de Cox, para estimar la probabilidad de haber utilizado alguna metodología contraceptiva en su primera relación sexual en el riesgo de que ocurra el primer matrimonio o el nacimiento del primer hijo(a) para los diferentes grupos sociales.

Resultados

1. Tendencias de la fecundidad y la anticoncepción

Chiapas se ubica en una fase temprana de la transición de la fecundidad junto con Oaxaca y Guerrero (CONAPO, 1999). Aunque sigue siendo superior a la que presenta México en su conjunto para el año 2010 que fue 2.4 hijos por mujer. A través de la diversidad de patrones reproductivos que presentan las mujeres se puede señalar que en el interior de Chiapas existen diferencias en la velocidad y magnitud de la fecundidad entre los distintos grupos sociales, por lo que se puede decir que Chiapas sigue un modelo, con por lo menos, dos transiciones de la fecundidad, una la que presentan las mujeres urbanas y las no indígenas que muestran un nivel de fecundidad bajo y otra, la seguida por las mujeres rurales e indígenas con una incidencia de la fecundidad alta (véase gráfica 1). Así, las mujeres urbanas registran una Tasa Global de Fecundidad (TGF) en el año 2010 de 2.5 hijos y las no indígenas de 2.6 hijos, cifra que se eleva en las mujeres no urbanas a 3.6 hijos y hasta 4.2 hijos entre las mujeres indígenas.

Tasa global de fecundidad según diferentes ámbitos y grupos sociales

Debido a que las TGF en la gráfica 1 indican que cada uno de los grupos sociales se ubica en etapas distintas de la transición de la fecundidad, es importante tener en cuenta el recorrido que cada grupo social ha realizado para llegar a esa etapa de la transición, que en interacción con otros procesos han provocado profundos cambios en la organización del curso de vida de las mujeres chiapanecas. Aunque de manera desigual para ciertos grupos sociales, vinculados con un acceso diferencial a la educación, el trabajo, la salud y a los métodos para limitar la fecundidad. De acuerdo con el censo del año 2010 en Chiapas, las mujeres indígenas tienen una escolaridad de solo 3.7 años mientras que en las mujeres no indígenas asciende a 6.4 años, esta brecha también se aprecia entre las mujeres urbanas con 7.8 años y las mujeres no urbanas con 4.6 años, por lo que persisten enormes desigualdades sociales y culturales que condicionan la fecundidad de las mujeres.

Chackiel y Scholnick (2004) señalan que es necesario conocer la magnitud del aplazamiento del matrimonio o el nacimiento del primer hijo(a), ya que ambos comportamientos propician el descenso de la natalidad de acuerdo con los principios de la transición de la fecundidad.

Las tasas específicas de fecundidad de la gráfica 2 muestran evidencias de ambos comportamientos, un ligero aumento de la edad al primer parto aunque la fecundidad adolescente sigue siendo alta y las mujeres chiapanecas continúan teniendo sus hijos a edades jóvenes, entre los 20 y los 24 años, para después recurrir a algún método de control natal, en algunos casos de manera definitiva.

De acuerdo con la ENADID 2009, el método de la oclusión tubaria bilateral es el más usado por las mujeres chiapanecas, 55% las mujeres lo han usado para prevenir futuros embarazos, es por ello, que en la parte izquierda de la gráfica que representa la última etapa de la vida reproductiva de las mujeres parece haber pocos cambios entre los años 2000 y 2010.

Tasas específicas de fecundidad por edad para Chiapas, 2000-2010

En el caso de los jóvenes que han tenido relaciones sexuales según la Encuesta Nacional de la Juventud 2010, 48.1% han usado alguna metodología anticonceptiva en su primera relación sexual mientras que 51.9% no usó ninguna. En cuanto al sexo en la gráfica 3 se muestra que son los hombres en comparación con las mujeres los que en mayor proporción usaron alguno de los métodos anticonceptivos en su primera relación sexual, 60.2% contra 35.9%. El menor uso de anticonceptivos de las mujeres en comparación con los hombres está asociado a las desigualdades de género, que establece un bajo poder de negociación para las mujeres que les impide tomar medidas de prevención frente al embarazo temprano y, en algunos casos, no deseado.

Por contexto, los jóvenes que residen en una localidad urbana usaron en mayor proporción anticonceptivos en su primera relación sexual en comparación con los que viven en localidades no urbanas, 52.1% y 32.3%, respectivamente. Según la condición étnica, la proporción de los jóvenes no hablantes de lengua indígena que usaron anticonceptivos casi duplica a los hablantes de lengua indígena (51.8% y 26.1%, respectivamente). Las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres aunado a la situación de pobreza y a otros factores culturales condiciona la no utilización de métodos anticonceptivos en la primera relación sexual de ciertos grupos de jóvenes chiapanecos como los no urbanos e indígenas, lo que aumenta su vulnerabilidad frente al embarazo en la primera relación sexual.

Frecuencia del uso de anticonceptivo en la primera relación sexual de los jóvenes según sexo, condición étnica y contexto, 2010

De los jóvenes que utilizaron métodos anticonceptivos en su primera relación sexual, el tipo de anticonceptivo que usaron se muestra en la gráfica 4. Así, el condón el más frecuentemente usado en la primera relación sexual. Éste fue más mencionado por los hombres (91.1%) que por las mujeres (79.6%). Incluso mayor por los jóvenes urbanos (87.9%), seguidos por los no indígenas (87.6%) y los no urbanos (81.7%). El menor porcentaje de uso de condón correspondió a los indígenas (76.7%).

Tipo de anticonceptivo que usaron los jóvenes en su primera relación sexual según género, condición étnica y contexto, 2010

Después del condón los métodos tradicionales fueron los más usados, el ritmo (calendario, temperatura, Billings) principalmente por las mujeres y los jóvenes no urbanos mientras que el retiro (coito interrumpido) fue mencionado por los jóvenes indígenas. Destaca que entre los jóvenes chiapanecos que usaron algún método de protección aún prevalezca como opción métodos tradicionales con poca o nula eficacia para prevenir el embarazo y enfermedades de transmisión sexual.

2. Calendario de la entrada al matrimonio y el primer nacimiento

El análisis del calendario, permite apreciar la temporalidad del matrimonio y el primer nacimiento para los jóvenes de Chiapas (véase gráfica 5). Las edades corresponden a los valores del 5%, 25%, 50% y 75% de la distribución por edades de los eventos de acuerdo a la cohorte, género, contexto y condición étnica.

En la gráfica 5 se aprecia una pequeña progresión a edades más avanzadas en el primer matrimonio. Los jóvenes de la cohorte 1987-1998 presentan un retraso de un año en la formación de la unión en pareja en comparación con la cohorte 1981-1986. En tanto, la cuarta parte de los jóvenes de la cohorte más joven presentan un retraso de dos años en relación con la cohorte avanzada. Mientras la mitad de los jóvenes de la cohorte más avanzada había experimentado el matrimonio o unión a la edad de 21 años, 50% de los jóvenes de la cohorte más joven todavía no habían vivido el evento a los 29 años.

Se aprecia un calendario de la formación de la unión en pareja significativamente diferente por género, siendo para las mujeres más precoz que para los hombres, 25% de las mujeres habían formado una unión a los 18 años dos años antes que los hombres, mientras que 75% de las mujeres reportó su primer matrimonio a los 28 años antes que las tres cuartas partes de los hombres que a los 29 años no habían experimentado el evento. Lo anterior demuestra que a pesar del incremento en la escolaridad, que es posible observar si se compara la proporción de mujeres que tenían educación posprimaria pertenecientes a la generación 1941-1955 que fue 4.7% con la de 1981-1998 que alcanzó 41.8%, lo que repercutió en el aumento en la incorporación de las mujeres jóvenes al trabajo. Pese a los avances en la sociedad chiapaneca, continúa dominando una clara diferenciación sexual del trabajo y un fuerte control familiar y social, en donde las mujeres jóvenes tienen una mayor inclinación a casarse en etapas tempranas del ciclo de vida si quieren ejercer su sexualidad sin la reprobación social, pero sobre todo para ejercer la maternidad y la crianza, que continúa siendo el eje central del proyecto de vida de las mujeres jóvenes chiapanecas.

La condición étnica marca una diferencia significativa en el calendario del matrimonio o unión en pareja. Los hablantes de una lengua indígena forman una unión de manera más temprana que los jóvenes no hablantes de lengua indígena. La mitad se unieron en pareja por primera vez a los 20 años, cuatro años antes que los no indígenas. Este resultado está asociado a una forma de organización social basadas en un modelo sociocultural de usos y costumbres, en donde la sexualidad está intrínsecamente vinculada a la unión en pareja.

La curva de sobrevivencia al primer hijo(a) muestra un inicio temprano de la fecundidad de los jóvenes chiapanecos, ya que 5% tuvieron su primer hijo(a) a los 16 años, una cuarta parte lo vivió a los 20 años y la mitad de los jóvenes vivieron el nacimiento de su primer hijo(a) a los 24 años. Además, 75% de los jóvenes chiapanecos no había tenido su primera maternidad o paternidad a los 29 años.

Edad a la que 5%, 25%, 50% y 75% de los jóvenes tuvieron su primer matrimonio o unión en pareja según la cohorte, género, contexto y condición étnica, Chiapas, 2010

Los resultados obtenidos de las pruebas Log-Rank y Wilcoxon, rechazan la hipótesis de equidad para las curvas de supervivencia por cohorte, género y condición étnica. Mientras que se acepta la hipótesis para el contexto de residencia, por lo que la diferencia en el calendario al primer hijo(a) para los jóvenes urbanos y no urbanos no fue significativa en ambas pruebas, solo en Log-Rank (Gráfica 5).

Se observa un inicio temprano a la fecundidad en la cohorte más joven y un retraso en el calendario al primer hijo a medida que avanza el ciclo de vida de los jóvenes (véase gráfica 5). Por un lado, 5% de los jóvenes de las dos cohortes tuvieron su primer hijo a los 16 años, y por otro, una cuarta parte de los jóvenes de la cohorte más joven presentan un retraso en la edad al primer hijo de un año en comparación con los jóvenes de la cohorte avanzada, 19 y 20 años, respectivamente.

Las mujeres presentan una entrada a la vida reproductiva más precoz que los hombres. En la gráfica 6 se aprecia una brecha de tres años de adelanto de las mujeres en comparación con los hombres. El 5% de las mujeres habían tenido su primer hijo(a) a los 15 años, la mitad a los 22 años y tres cuartas partes a los 28 años, mientras que 5% de los hombres lo tuvieron a los 18 años, la mitad a los 22 años y 75% todavía no experimentaba el evento a los 29 años.

Los jóvenes hablantes de lengua indígena muestran una entrada a la vida reproductiva más temprana en comparación con los jóvenes no indígenas, con una diferencia de un año en comparación con los jóvenes indígenas. Una cuarta parte de los jóvenes indígenas había tenido su primer hijo(a) a los 19 años mientras que la misma proporción de jóvenes no indígenas lo había tenido un año después. En tanto, la mitad de los jóvenes hablantes de lengua indígena tuvieron su primer hijo(a) a los 23 años mientras que los jóvenes no indígenas lo hicieron a los 24 años.

Edad a la que 5%, 25%, 50% y 75% de los jóvenes tuvieron su primer hijo(a) en pareja según la cohorte, género, contexto y condición étnica, Chiapas, 2010

Los cambios más importantes vividos por los jóvenes chiapanecos de las dos cohortes estuvieron relacionados con un ligero retraso en la edad de entrada a la primera relación sexual, el primer matrimonio o unión en pareja y el primer hijo entre los jóvenes de la cohorte más joven 1987-1998 en comparación con los jóvenes de mayor edad de la cohorte 1981-1986. Además de una clara diferenciación en los calendarios de entrada en los tres eventos analizados por género y condición étnica, que se reflejó en una entrada más precoz a la sexualidad, al matrimonio y a la reproducción de las mujeres y de los jóvenes hablantes de lengua indígena en comparación con los hombres y los no hablantes de lengua indígena. Destaca que no se encontraron evidencia de una diferenciación en los calendarios en los dos eventos entre los contextos urbano y no urbano.

3. Riesgos proporcionales con el modelo de Cox

El modelo de riesgos proporcionales de Cox se realizó para los jóvenes que manifestaron haber utilizado alguna metodología contraceptiva en su primera relación sexual, es importante controlar el efecto de la cohorte sobre el uso de anticonceptivos porque ha aumentado con el tiempo (Cuadro 1). Como se esperaba, cuando se controla la cohorte de nacimiento, el uso de anticonceptivos en la iniciación sexual se asocia con un riesgo reducido de unirse en pareja o tener un primer nacimiento a cada edad.

Modelo de riesgos proporcionales Cox (Riesgo relativo) primer matrimonio o unión en pareja y primer nacimiento, Chiapas

El uso de anticonceptivos reduce el riesgo de un primer nacimiento de una magnitud mayor que el riesgo del primer matrimonio o unión, así, los jóvenes que no usaron anticonceptivos en su primera relación sexual tienen 63% más de riesgo de tener un primer nacimiento y un 53% más riesgo de unirse en pareja. Mientras que la cohorte de nacimiento también tienen una relación significativa con la unión en pareja y con el primer nacimiento. De manera que ésta incrementa el riesgo de tener el primer hijo y de unirse en pareja, 2.7 y 2.1 veces, respectivamente.

Si se analiza el efecto del uso de anticonceptivos en las diferentes transiciones a la adultez de cada uno de los distintos grupos sociales (véase cuadro 2) se aprecia que el efecto de no haber usado un método anticonceptivo en la primera relación sexual y el riesgo de unirse en pareja de acuerdo a las categorías sociales se encuentra en un rango que va de 56.6% para las mujeres hasta 81.5% para los más jóvenes de la cohorte 1987-1998. Mientras que el efecto de no haber empleado algún anticonceptivo en su primera relación sexual en el riesgo de tener un primer hijo para las diferentes grupos sociales se incrementó, desde 69.9% para las mujeres hasta un 83.2% para los jóvenes de menor edad de la cohorte 1987-1998.

Con base a lo anterior, se corrobora que la no utilización de métodos anticonceptivos en la primera relación sexual incrementa fuerte y significativamente el riesgo de inicio de ambas trayectoria reproductiva, aunque con mayor intensidad el primer nacimiento, lo que compromete el desarrollo de un proyecto de vida más allá de la maternidad, para todos los jóvenes independientemente del grupo social, aunque es más alto para las mujeres y los jóvenes pertenecientes a la cohorte más joven (1987-1998), situación que limita o restringe el proyecto de vida de estos jóvenes particularmente en un estado de alta marginación como es Chiapas.

Modelo de riesgos proporcionales Cox (Riesgo relativo) uso de métodos anticonceptivos en la primera relación sexual en las diferentes transiciones por grupos sociales, Chiapas Conclusiones

El calendario de edad del primer matrimonio o unión en pareja y el nacimiento del primer hijo(a) parece estar cambiando en Chiapas. Así el riesgo de experimentar la primera unión en pareja y el primer nacimiento parece haberse retrasado en las cohortes más jóvenes en comparación con las cohortes de mayor edad.

La formación de la unión en pareja y el nacimiento del primer hijo(a) muestran calendarios significativamente diferentes por sexo, siendo para las mujeres más precoz la edad de inicio al primer matrimonio y a la vida reproductiva. Comportamiento similar a los hablantes de lengua indígena que también muestran una edad más temprana de entrada al matrimonio o unión y a la maternidad o paternidad en comparación con los no hablantes de lengua indígena. Cabe señalar que de acuerdo con las pruebas estadísticas aplicadas, no se aprecia una diferencia significativa en los calendarios de los eventos de interés entre los jóvenes que habitan en una localidad urbana en comparación con aquellos que residen en localidades no urbanas.

Se planteó la hipótesis de que el uso de métodos anticonceptivos en la primera relación sexual tiene un efecto en el riesgo de que ocurran el primer matrimonio o unión en pareja y el primer nacimiento para los jóvenes en Chiapas. Como se esperaba, cuando se controla por la cohorte de nacimiento, el no uso de anticonceptivos en la iniciación sexual se asocia con un mayor riesgo de unirse en pareja o tener un primer nacimiento de un hijo(a) a cada edad, riesgo que se incrementa en el caso de las mujeres y de los más jóvenes. Esto contribuye a demostrar que entre los jóvenes en Chiapas continúan predominando relaciones asimétricas de poder entre hombres y mujeres jóvenes que establecen un bajo poder de negociación para las mujeres, lo que les impide adoptar una conducta de prevención, reforzando su vulnerabilidad hacia un embrazo temprano y en muchos casos no deseado.

Mientras que el caso de los más jóvenes de las cohortes 1987-1998 están postergando el matrimonio y el nacimiento del primer hijo, sin embargo en el caso de no usar métodos anticonceptivos en la primera relación sexual muestran un elevado riesgo de contraer matrimonio y tener un primer hijo(a) a edades tempranas, lo que demuestra que la edad influye en la vulnerabilidad frente a las situaciones de riesgo reproductivo.

Bibliografía

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Notas

1 A lo largo del texto se utilizarán indistintamente las expresiones matrimonio o unión en pareja.

2 Las localidades urbanas son las que tienen más de 15.000 habitantes, mientras que las no urbanas se definieron como aquellas con menos de 15.000 personas.